Devocional
Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Lucas 32-33
En el verso 32 el ángel continúa explicando a María, no solo el nombre, la misión y añade tres cosas: será grande (su grandeza); será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David su padre.
Lucas 1:32 y 33 son el principio de la profecía de Isaías 9:6 y 7 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”
Este relato del Libro de Lucas, nos da a conocer cómo el plan de Dios para la salvación del hombre estaba en marcha. La humanidad tendría el privilegio que Dios se hiciera hombre para venir a habitar aquí en la tierra.
En estos días que estamos próximos a recordar y celebrar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, lo podamos hacer con gozo, y con agradecimiento porque hemos tenido el privilegio de recibir el regalo de nuestra salvación como lo dice Romanos 6:23 “Más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Aplicación
El celebrar la Navidad es una oportunidad más para presentar nuestro agradecimiento a Dios por la salvación que nos ha dado.
Oración
Padre, gracias porque soy salvo, porque soy tu hijo, y tengo el privilegio de amarte y servirte, amén.
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